El agua es un medio ideal para que padres y bebés disfruten juntos. El niño descubre nuevas sensaciones placenteras, sin prisas y sin traumas, por otra parte, el medio acuático mejora el desarrollo físico y psicomotor del niño.
Su adaptación al medio acuático debe realizarse en un entorno agradable, divertido y natural, por consiguiente, la presencia de los padres en el agua pretende conseguir que el niño esté feliz, relajado y tranquilo.
La actividad acuática para bebés no es solo una propuesta de aprendizaje, de educación deportiva o de supervivencia en el medio, es sobretodo, una oportunidad para disfrutar del contacto absoluto con los hijos, tanto a nivel físico como emocional. Durante el tiempo dedicado a esta actividad se debe respetar el ritmo y el proceso evolutivo del pequeño en su entorno.
La estimulación del bebé es un proceso natural que surge de su relación con el ambiente. En sus primeros meses de vida se promueve a través de la repetición de una acción, lo que permite al bebé tener un mayor control emocional, aumentar su seguridad, y por tanto, disfrutar durante el aprendizaje.
El bebé desarrolla al mismo tiempo la motricidad, el lenguaje, la comunicación y el desarrollo personal y social.
De 3 a 24 meses
Las clases dirigidas a bebés suelen iniciarse desde los primeros meses de edad, dado que el niño todavía no ha perdido la noción del medio líquido en el que ha vivido durante 9 meses, por eso, si el padre y/o madre acuden a las clases los lazos existentes entre éstos y el bebé se verán reforzados. Todo esto es posible gracias a la sensación que proporciona la pérdida de gravedad en el medio acuático.
Los psicólogos especializados afirman que el neonato sabe desenvolverse en el agua instintivamente debido al «recuerdo» de su estado fetal, donde se encontraba sumergido en el líquido amniótico, por ese motivo, las sensaciones que el bebé experimenta en el agua, tanto en posición ventral como dorsal, le resultan familiares debido al tiempo que pasa en la cuna y en brazos, en posiciones similares.
El bebé que ha experimentado la práctica acuática como algo satisfactorio identificará el medio acuático como algo positivo, presentando, sin duda alguna, diferencias en la conducta acuática con aquellos que no la practicaron anteriormente.
Estimulación temprana
La estimulación acuática temprana dirigida pretende conseguir el mayor desarrollo posible del bebé, de su potencial creativo, así como darle la oportunidad de adquirir confianza en el manejo de sus principales habilidades y mejorar su relación interpersonal.